Escoliosis o deformidades infantiles
Al ver un niño por detrás y observamos que su columna no está recta en la mitad de la espalda y adquiere una forma de s o de c, estamos ante un caso de escoliosis. Esta patología se define cuando esta curvatura sobrepasa un ángulo de 10°. En general los niños con escoliosis no suelen tener dolor ni síntomas, solo la afectación en la forma de la espalda.
Cuando la escoliosis no es tratada y los niños se transforman en adultos, pueden desarrollar dolor de cintura o dolor lumbar debido a los cambios propios del envejecimiento. En los casos de escoliosis que no son tratados y que se transforman en escoliosis severas, puede haber compromiso de la función de los pulmones y otros órganos.
En el 80% de los casos no sabemos cuáles son las causas ni el origen específico de estas curvaturas y son niños completamente normales desde el punto de vista neurológico, muscular, tendinoso y óseo.
Hay algunas causas específicas de escoliosis como, por ejemplo, la denominada congénita, que está presente al momento del nacimiento, en la cual hay alguna alteración en la formación de las vértebras, que son las unidades que construyen la columna.
También puede existir la escoliosis asociada a problemas neuromusculares como, por ejemplo, el ECNE, encefalopatía crónica no evolutiva (vieja parálisis cerebral), o enfermedades neuromusculares específicas como la enfermedad de Duchenne. Algunas veces corresponde a síndromes genéticos, síndrome de Marfan, síndrome de Down o la neurofibromatosis.
¿Cuándo aparece la escoliosis?
La escoliosis idiopática aparece en los niños en la edad de crecimiento y en esta etapa es cuando más observación tienen que tener estos pacientes, porque es cuando más crecen y más chances tiene de progresar la deformidad.
¿Qué signos produce la escoliosis?
Puede observarse: un hombro más alto que el otro, una escápula se ve más salida que la otra, una cadera más prominente que la otra o una pierna más larga que la otra. El diagnóstico lo dará un especialista, con maniobras físicas que se completan con radiografías (espinogramas) y en algunos casos, dependiendo del origen de la escoliosis, será necesario completar con una resonancia nuclear magnética u otro tipo de estudios.
Estenosis - Canal estrecho cervical
Aparece cuando hay una reducción en el diámetro del conducto por el cual atraviesa la médula espinal y sus raíces. Las causas de esta estrechez suelen ser degenerativas, por lo cual tienden a empeorar con la edad. Como consecuencia de la reducción de espacio, pueden aparecer síntomas por compresión de las raíces (dolores en los brazos, hormigueos, debilidad) o bien por compresión de la médula (dificultad para caminar, debilidad en las piernas, problemas para orinar, etc).
La mayoría de las veces no requiere tratamiento quirúrgico y pueden utilizarse tratamientos conservadores. En los casos más severos, la cirugía es la mejor opción para descomprimir los nervios raquídeos y la médula espinal.
El empeoramiento y los síntomas suelen ser lentos, lo que hace que esta enfermedad se diagnostique en etapas avanzadas. Mientras más comprometida se encuentra la médula, más difícil es lograr una recuperación plena de sus funciones, por ello es tan importante el diagnóstico precoz. Los objetivos de la cirugía apuntan a la descompresión de la zona para evitar el empeoramiento de los síntomas, mejorando sustancialmente la calidad de vida de los pacientes.
Lo primero en revertirse suele ser el dolor, seguido por las alteraciones de la marcha, y en último lugar los problemas esfinterianos.
Canal estrecho lumbar
Aparece cuando se va reduciendo progresivamente el diámetro del conducto por el cual transcurren los nervios de la cola de caballo. Esta reducción responde a múltiples causas: estenosis constitucional (canal chico de nacimiento), problemas en los discos lumbares o hipertrofia de las articulaciones de la columna y de los ligamentos.
Al estar el canal achicado, se comprimen paulatinamente los nervios, por lo cual el paciente presenta distintos síntomas dependiendo del nervio más afectado. Lo más habitual es la ciática unilateral o bilateral (dolor muy intenso que comienza en la zona baja de la espalda y se irradia a la cara posterior y lateral de la pierna). Otros síntomas suelen ser la dificultad para caminar distancias extensas, el dolor de espalda y la mejoría del malestar al colocarse en la posición de sentado.
En pocas ocasiones el canal estrecho lumbar requiere de algún procedimiento quirúrgico. Cuando se precisa la intervención, existen múltiples opciones mínimamente invasivas para tratar la patología, que permiten una rápida recuperación con menores riesgos y complicaciones.
El objetivo de estas cirugías en general apunta a agrandar el diámetro del conducto por el cual transcurren los nervios. Al no estar tan comprimidos, se reduce considerablemente el dolor y permite la mejoría en la función de los mismos
Fractura vertebral
Este tipo de fractura se produce cuando los huesos de la columna, llamados vértebras, se rompen y colapsan. La fractura puede ser producto de accidentes viales en pacientes jóvenes o traumas menores en gente mayor; aunque también pueden ser el resultado de procesos infecciosos o tumorales.
La osteoporosis primaria y la menopausia no son las únicas culpables cuando se trata de pérdida de masa ósea. Enfermedades como el cáncer, quimioterapia, radioterapia, hipertiroidismo y el uso a largo plazo de corticoides también causan la pérdida de hueso y aumentan el riesgo de fracturas.
Los síntomas que se manifiestan en el paciente dependen de la ubicación de la fractura vertebral. Si comprime y daña la médula espinal, puede ocasionar incontinencia urinaria o fecal, disfunción sexual y debilidad severa en las piernas. Esta condición puede causar daño permanente y grave si no se trata rápidamente.
En los traumas vertebrales, la evaluación del estado neurológico del paciente es vital para guiar el estudio imagenológico y el plan de tratamiento. El tratamiento de una fractura vertebral depende de la magnitud de la misma, de la lesión o compromiso de estructuras nerviosas, inestabilidad o potencial deformación espinal con el tiempo. Muchas fracturas de columna se tratan con método conservador. Sin embargo las fracturas graves pueden necesitar cirugía.
Las opciones terapéuticas pueden ser: tratamiento conservador, vertebroplatías o cifoplastias (cementado vertebral), fijaciones vertebrales con cirugías mínimamente invasivas por técnicas percutáneas y artrodesis instrumentadas.
Nuestro equipo está especializado en Trauma espinal, lo que permite realizar un diagnóstico certero y un tratamiento recomendado para cada paciente.
Los profesionales de nuestro equipo son pioneros en Latinoamérica en cirugía percutánea, mínimamente invasiva y microcirugía garantizando siempre el tratamiento menos invasivo para nuestros pacientes.
Hernia de disco cervical
Las hernias de disco son lesiones en los discos intervertebrales cervicales. Se pueden manifestar como cuadros dolorosos o bien, por la compresión de nervios raquídeos o de la médula espinal.
Es una enfermedad con un fuerte componente de predisposición genética, que puede resolverse en la gran mayoría de los casos con tratamientos NO quirúrgicos (en más del 90% de los casos). Estos tratamientos son: rehabilitación kinesiomotora, analgésicos, antineuríticos, reeducación postural, terapias cognitivo-conductuales y bloqueos del dolor.
Un pequeño porcentaje de estas lesiones requiere de alguna intervención, y siempre existe la opción de realizarla en forma mínimamente invasiva. En general, la cirugía de la hernia de disco cervical se realiza a través de una pequeña incisión en el cuello (3-4cm), a través de la cual se accede a la columna. Luego, se retira el disco enfermo para descomprimir la médula y los nervios. Esta técnica permite controles postoperatorios excelentes, mejorando muy rápidamente los síntomas del dolor, con internaciones de un promedio de 24 hs y un rápido retorno a las actividades de la vida diaria del paciente.
Hernia de disco lumbar
Las hernias de disco lumbares son una causa frecuente de consulta. Suelen manifestarse por dolor en la zona baja de la espalda, que en ocasiones se irradia hacia las piernas generando un dolor conocido como “ciática”. El dolor puede ser muy intenso, en ocasiones alterando las actividades básicas de la vida diaria. Pueden aparecer en cualquier edad de la vida, y tienen un fuerte componente genético.
El tratamiento en la mayoría de los casos (más del 90%) no requiere ninguna intervención quirúrgica y puede tratarse con terapias conservadoras: fisio-kinesioterapia, rehabilitación postural, terapias cognitivo-conductuales, hidroterapia, analgésicos, antineuríticos, etc.
Siempre trataremos de evitar la cirugía, la consideramos la última opción. Como alternativa de tratamiento para dolores intensos utilizamos BLOQUEOS DEL DOLOR (también conocidos como infiltraciones). Este tratamiento consiste en la colocación de una pequeña aguja, guiada por un equipo de diagnóstico por imágenes, en una zona específica de la columna para inyectar medicación para el dolor. (ver Tratamiento del dolor)
La cirugía se reserva para casos de dolor intratable o cuando la hernia genera alteraciones neurológicas (como debilidad en una pierna, trastornos para caminar o problemas esfinterianos).
Cuando hay indicación de cirugía, ésta puede realizarse mediante técnicas mínimamente invasivas, lo cual acelera el proceso de recuperación al generar menor dolor y complicaciones en el postoperatorio. (ver Cirugía Mínimamente invasiva)
Infecciones en columna vertebral
Las infecciones a nivel de columna vertebral pueden tener un origen primario, en general en pacientes con inmunocompromiso, o secundaria a alguna intervención quirúrgica. En ocasiones el diagnóstico de las mismas se dilata por la falta de sospecha de dicha patología, considerando que los síntomas pueden ser muy variados y no tener un patrón claro.
Contamos con un equipo multidisciplinario para el diagnóstico precoz y tratamiento efectivo de la patología infecciosa de columna utilizando modernas técnicas quirúrgicas en conjunto con infectólogos, cirujanos vasculares, de tórax y abdominales. Orientamos cada tratamiento según la necesidad, dada la gran variabilidad en la localización, el origen y el comportamiento de la patología infecciosa para conseguir un apropiado abordaje acorde a cada paciente.
Tumores en columna vertebral
Sabemos que el paciente que presenta un tumor en su columna requiere absoluta celeridad en el abordaje multidisciplinario de su tratamiento ya que, en muchos casos, es lo que marca la diferencia en el éxito de la terapia a utilizar.
Los tumores más frecuentes son los metastásicos, los que tienen origen en otras regiones del organismo y que se extienden a la columna, quedando en segundo lugar los tumores primarios, de localización inicial en columna.
Múltiples tratamientos son utilizados según la necesidad de cada paciente: biopsias percutáneas, vertebroplatías (cementado vertebral), cirugías mínimamente invasivas, cirugías de resecciones tumorales y reconstrucciones de columna vertebral.
Estamos en permanente contacto con interconsultores referentes a nivel mundial en el campo de la oncología de columna como por ejemplo Instituto Rizzolli de Italia, y el Curitiba Spine Center, Brazil, aplicando los mejores y más actualizados protocolos de tratamiento para mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.
Enfermedades metabólicas - Fractura osteoporótica
Las enfermedades metabólicas más frecuentes que afectan a la columna vertebral son las que tienen que ver con el metabolismo del calcio y fósforo; nutrientes esenciales en el proceso de formación y remodelación ósea permanente. Desde los 50 años en adelante, y sobre todo en mujeres, la densidad mineral del hueso comienza a declinar pudiendo llegar a una osteoporosis.
La osteoporosis es una enfermedad en la que la masa ósea está disminuida, se afecta la microarquitectura del hueso y hay un aumento de la fragilidad ósea. Esta combinación patológica aumenta el riesgo de fractura en la cadera, columna y muñeca. En el caso de una fractura de columna disponemos de un equipo capacitado en el tratamiento de la misma, con diferentes enfoques según la edad del paciente, el dolor y el grado de incapacidad que presente para mejorar la calidad de vida y restituirlo a sus actividades habituales con rapidez.
Existen enfermedades en el riñón, tiroides, hígado, sangre, etc. que pueden ocasionar alteraciones metabólicas que afecten secundariamente a la columna. Dichas patologías son consideradas en cada paciente por medio de un abordaje multidisciplinario de profesionales para otorgar un tratamiento en el origen del problema.
Tratamiento alternativo para el dolor de columna - Bloqueo radicular selectivo
Para aliviar el dolor originado en la columna, especialmente a nivel lumbar se utilizan numerosas prácticas conocidas como bloqueo de columna o bloqueos espinales o infiltraciones en la columna.
El principal objetivo es calmar el dolor y en algunos casos se utiliza para diagnosticar una patología.
El bloqueo del dolor muchas veces tiene un excelente resultado, con un riesgo muy bajo y mediante un procedimiento ambulatorio (no requiere la internación del paciente).
Estos bloqueos o infiltraciones se realizan en quirófano con la misma técnica de esterilidad que si fuese una cirugía, junto a un equipo de radioscopia o de rayos x que permite visualizar en 360° y en tiempo real dónde está colocada la aguja por la cual se colocarán los antiinflamatorios y analgésicos en la columna.
Este tipo de procedimientos son muy bien tolerados y aceptados por los pacientes y en la mayoría de los casos evita los tratamientos quirúrgicos.